viernes, agosto 29, 2008

Mis queridos viejos



Quiero agradecerles lo que ahora soy...
Gracias por darme de vida, por su amor,
por las caricias, por el dolor, por las sonrisas,
por el sufrimiento, por los regaños y por el aliento.
Gracias por enseñarme a crecer,
a través del sufrimiento,
curándome las heridas y
consolándome en mis lamentos.
Gracias por ser como son,
que Dios no pudo escojer
de una manera mejor,
a mis padres, la pareja que ustedes son.
Autora: Cintia E. Martínez

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