viernes, diciembre 12, 2008

MADRE LAVANDERA...


Sobre las flores tristes
un pájaro callodo.
Y mil veces el viento
lamiendo como un perro
tus manos.
Dulcemente sola trajinas por la
tarde
con tu canción de ropas.
Mientras quema tu frente
un sol alto,
borbotea la lluvia
de tu cansancio
mojándote el pañuelo.
Madre lavandera
tus manos limpias se quedan
en el silencio del agua,
y atada a su transferencia
se dormirá tu jornada
con su blancura a cuestas.
Autor: Miguel Angel Carreras

INFANCIA...

Esta tarde se me ha roto
mi cabballo de madera;
el que alentó mis paseos
sobre las largas veredas.
Se me pone triste el pueblo,
porque se ha roto la rueda
en que acababa la cola
de mi corcel de madera.
Vuelvo lloroso y en casa
me olvido de mi tristeza
las lágrimas que me turban
las enjuga en su melena
y pone un beso de azúcar
tibio sobre mi inocencia.
¿Cuánto vale mi caballo?
¿Y cuánto cuesta mi pena?
Tienen que valer muy poco
porque mi madre me besa
y estoy sonriendo ya hombre
sobre la misma vereda
en que quedó abandonado
mi caballo de madera.